martes, 10 de julio de 2012

trampolín

Mientras estoy de cabeza trato de respirar cuasilevitativa-mente y en ese estado primario de respirar o morir y en el instante aéreo (o mejor aún, en el cortejo, pre-aéreo). En todos esos usted, señor de botas y montañas. Cruzando los dedos y prometiendo mundos posibles y probando terco que ahí está la selva en su pecho, cómo no sentirla.

Y entonces no importa tanto el aterrizaje, con tal de tenerlo en la gradería.
Publicado por Ana I. en 20:54 |  

0 comentarios:

Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom)