miércoles, 22 de julio de 2015
El día que la iraní
me dejó las cejas hechas un hilo
La psicóloga me avisó que
ya era hora de iniciarme
en el mundo psicotrópico

Al parecer yo andaba por ahí
con cejas demasiado gruesas
y niveles de endorfinas
demasiado bajos

Colapsé en el pollito
de la cancha de Derecho

Lloré.

Con tanto decreto externo
dejé de ser yo
y eso estaba bien


pero no tanto.
Publicado por Ana I. en 7:35 | 0 comentarios  
martes, 14 de abril de 2015

Cajas

Hemos ido encontrándonos entre la sandía y la escoba
entre las sábanas
los ronquidos
los tequieros
los platos y limpiones

y con cada semana que pasa siento cómo se me van cayendo las escamas, me acomodo los miedos entre las costillas y respiro con más aire.
Publicado por Ana I. en 18:26 | 0 comentarios  
martes, 3 de febrero de 2015

DA

Cuando sea que termine todo esto, me voy a acordar de cómo se siente tu piel entre la nariz y el cachete, ese valle lindísimo y suavecito, lampiño, cercano a todo lo demás. Cuando sea que esto termine, no voy a pensar en nuestras grandes hazañas. Voy a pensar en el bailecito que hicimos hoy en la acera. En la cara que ponés cuando salís debajo del escritorio porque descubrí que ibas a asustarme - cabrón.

Mientras tanto y hasta que dure esta transición, sí estoy con las  grandes hazañas. Con la construcción de castillos y de puentes subterráneos. Entre que pasa esto y aquello, sí estoy con la contención de crisis nerviosas y el control del déficit atencional. Es que quiero aprender a concentrarme mejor, no vaya a ser que se me escape un detalle importante, de esos que uno recuerda cuando se termina todo esto.
Publicado por Ana I. en 14:15 | 0 comentarios  
martes, 9 de diciembre de 2014

1.0


Nuestra primera foto en la historia está fuera de foco, movidísima. Como nosotros entonces y como nosotros ahora. Vos me regalaste un barquito y una sandía y yo te decía que sos el mar. 

Seguimos movidos y tratando de enfocar las energías pero voy reconociendo que no está en nuestra naturaleza. Que mejor conseguimos un calendario porque todo lo olvidamos y que podríamos prescindir de algunos recordatorios.

Mientras andamos por el micromundo regando noticias, quiero seguir en tu mar y nadar hasta donde me den las fuerzas.

Publicado por Ana I. en 10:01 | 0 comentarios  
martes, 25 de noviembre de 2014

clasificados

tenemos tantísimos planes, nosotros

Vamos con los ojos bien abiertos preparando un piso que nos sostenga cuando no queramos estar de pie. Nos juntamos los domingos a limpiar el bote en el que nos montamos hace ene abrazos.

juntamos paletas de helados con las manos temblorosas,
hemos temblado por muchas cosas pero nunca como este sábado

quisiera poner todo esto que siento en la punta de cada dedo
y pasarte la mano por la cara despacísimo,
tocarte las sienes con la comisura del labio

para que quede escrito en los anales de la historia que esto que estamos haciendo tiene poco que ver con electrodomésticos y mucho que ver con dos pechos que arden por despertar juntos.
Publicado por Ana I. en 7:53 | 0 comentarios  
jueves, 23 de octubre de 2014

Escritorio

Me hierve la sangre aquí sentada en un taburete con los pies que me guindan por altura latina.

Me duele la espalda los lunes porque no me acostumbro al tiempo completo.
Me tiembla la mano los martes porque todavía no sé levantarme bien del suelo.
Me sudan las sienes a mitad de semana cuando corro sin rumbo.
Me palpita el pecho los jueves si venís de repente.
Me dan lástima los viernes, siento que no está bien querer huir de la semana siempre.

este recorrido de nueve horas al día
suena a teatro, a no querer
enfrentar la realidad
de que hay que escoger.
Publicado por Ana I. en 14:49 | 0 comentarios  
miércoles, 13 de agosto de 2014

Y griega

Llamaría a una señora de carnes generosas para que me saque esta pega de la cabeza
para que afloje la presa de decisiones
trámites, visitas, filas eternas
que le diga a mis papelitos vencidos que esperen a
que yo esté lista para irme con ellos
y dejar a la nueva piel acá a que decida por nosotras veinticuatro

Publicado por Ana I. en 13:52 | 0 comentarios  
domingo, 15 de diciembre de 2013
Una noche eterna de verle aterrado la coronilla al sol
de quererse desesperado
como si tuviéramos un solo viaje, uno solo

fue lo mismo, fue el mismo sentimiento a los diez minutos de entrelazar ramitas y ramotas luego
igual sobre ruedas y en las calles
lo inevitable
de dos pares de ojos enormes
de dos labios ávidos
y dos pechos hinchados

que uno se baje del tren no es casualidad.
pero eso usted lo sabe,
¿verdad?
Publicado por Ana I. en 18:53 | 0 comentarios  
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